Este proyecto nace con la intención de sacar a la luz la historia de Binario 21, el lugar en torno al cual se ha desarrollado el proyecto del Memorial de la Shoah de Milán, investigando dos temas de particular importancia: la indiferencia y la memoria. En el interior del Memorial hay, de hecho, dos instalaciones – el Muro de la Indiferencia y el Muro de los Nombres – que resaltan el peso de uno y la importancia de recordar el otro. Este Memorial es el único en Europa que se surge en el lugar donde tuvieron lugar las deportaciones nazis. Se encuentra debajo de la Stazione Centrale, a pie de calle; esto es porque la estación no se creó sólo para tener numerosas vías en superficie, sino otras tantas "subterráneas" que antes vez se dedicaron al transporte de correo. Precisamente desde estas vías, ocultadas a la ciudad por un muro en el que Liliana Segre hará grabar más tarde la palabra Indiferencia, entre el 6 de septiembre de 1943 y el 15 de enero de 1945 las SS deportaron a judíos y presos políticos, que partieron desde el Binario 21 hacia los campos de concentración y exterminio nazis. La misma Liliana fue deportada de aquí con su padre, y fue de las poquísimas personas que regresaron y fueron testigos de la experiencia, la suya y la de millones de seres humanos.

Nuestro propósito es tanto conmemorar a las víctimas de los campos de concentración como hacer reflexionar sobre el valor de la memoria. Recordar nos permite combatir la indiferencia y tratar de no cometer más no sólo los gestos atroces que han marcado la historia, sino incluso aquellos actos de violencia casi invisible que podemos encontrar en la vida cotidiana.​