En los veinte años transcurridos entre 1908 y 1928 Wassily Kandinsky, considerado uno de los precursores y fundadores del abstraccionismo, contribuyó más que ningún otro pintor contemporáneo a una nueva idea de la danza, integrándola en su visión para el futuro del arte. Sus formulaciones teóricas están presentes en numerosos de sus escritos, entre ellos el célebre libro “De lo espiritual en el arte” (1911). Kandinsky en este libro afirmó la necesidad de una nueva danza, la danza del futuro. Uno de sus objetivos principales era la búsqueda de una danza ya no basada en la belleza convencional, sino en el abstraccionismo y en el significado interior del movimiento.

Esta pieza de danza contemporánea explora la filosofía de Kandinsky a través del cuadro Auf Spitzen (1928) que, mirándolo por primera vez, se desarrolla ante nuestra mirada en una orquesta de formas geométricas y de flechas sangrantes que apuntan a varias direcciones. Cada detalle conduce la existencia del ser al mismo punto de partida: el principio de la necesidad interior.

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Rubric es una pieza que toma su nombre de la homónima música de Philip Glass, la que más nos inspiró a crear. El conjunto de instrumentos musicales nos recordó fuertemente al complejo de formas geométricas presentes en la pintura, devolviéndonos a la sinestesia con la que Kandinsky creó algunas de sus obras. De hecho, asoció el sonido de cada instrumento musical a colores y formas, y viceversa. Entre las diferentes acepciones del término rubric, también se encuentra “signo abstracto con el que se personaliza la firma”, y este es precisamente el significado al que se refiere la pièce, extendiéndolo a la forma en que los artistas firman la vida con sus arte.