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GRAVEDAD, DANZA Y HUMPHREY-LIMÓN TEC.

La importancia de la gravedad en la danza

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Un cuerpo danzante está estrechamente vinculado a los componentes fundamentales de la física y, por mucho que un bailarín intente explorar conceptos antigravitacionales en el movimiento, no puede evadir sus leyes. Antes de comenzar a hablar sobre la técnica Humphrey-Limón, hagamos un breve repaso a la fuerza gravitacional.

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Se cuenta que un día de 1666, el estudioso inglés Isaac Newton (1642-1727) estaba descansando bajo un árbol, cuando una manzana cayó sobre su cabeza. Al recoger el fruto, se preguntó en virtud de qué extraño mecanismo físico todos los objetos del mundo, en ausencia de un soporte, caían al suelo. Intuyó que la fuerza llamada gravedad es responsable de la caída de una manzana del árbol, y del hecho de que hombres y animales vivan en la superficie de nuestro planeta en rotación sin ser lanzados al espacio. Descubrió además que cada objeto con masa ejerce esta fuerza sobre todos los demás cuerpos, también con masa, variando de intensidad según la masa de los cuerpos en cuestión. La historia de la manzana fue relatada por el mismo Newton, cerca de su muerte, en el jardín de la casa familiar llamada Woolsthorpe Manor, en Inglaterra: el mismo lugar donde sucedió el evento y formuló sus teorías. Sin embargo, eligió no compartir de inmediato sus descubrimientos en 1666 y no publicó la teoría de la gravedad universal por veinte años. Gracias a su genio, se descubrió que la gravedad es una fuerza de atracción que existe entre dos o más masas, cuerpos o partículas. De hecho, no es solo la Tierra la que atrae a la manzana, sino también la manzana la que atrae al mundo hacia sí misma. Se trata de una atracción que existe entre todos los cuerpos presentes en el universo. En la vida cotidiana no nos damos cuenta de la fuerza gravitacional del Sol pero, aunque resulte imperceptible debido a la enorme distancia que separa al Sol de la Tierra, permite que los planetas se mantengan en sus respectivas órbitas. No percibimos en nuestro cuerpo tampoco los efectos de la gravedad lunar, pero es gracias a su existencia que ocurren las mareas oceánicas de nuestro planeta. La enorme masa de la Tierra, debido a la cercanía a nuestros cuerpos, nos atrae hacia su centro junto con todos los demás objetos, incluso los más pequeños. Por esta razón, todo lo que se deja caer se dirige hacia abajo, es decir, hacia el centro del planeta, con una velocidad igual a la que se define como aceleración gravitacional, una aceleración a la que está sujeto cualquier cuerpo cuando se deja libre para caer.

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Las teorías de Newton parecían ser indiscutibles, hasta que llegó Albert Einstein (1879-1955). Sus descubrimientos revolucionaron la física, en particular la teoría de la relatividad, con la que también él intentó desvelar cómo funciona el universo. Durante sus investigaciones, se dio cuenta de que no existe un espacio absoluto o un tiempo absoluto, como teorizaba Newton, sino que el espacio y el tiempo son elásticos y se combinan entre sí en la entidad del espacio-tiempoFue Hermann Minkowski, profesor de Matemáticas de Einstein en el Politécnico federal de Zúrich, quien postuló este importante detalle que su estudiante no lograba identificar: la unificación del espacio y del tiempo. Además, la teoría de la relatividad sostiene que la fuerza de gravedad no es como todas las demás fuerza: es una ilusión, ya que es causada por nosotros acelerando sin darnos cuenta. La gravedad es, por lo tanto, indistinguible de la aceleración y la realidad es que vivimos en un espacio-tiempo curvo y que el espacio-tiempo curvo es, de hecho, la gravedad.

Entre todos sus numerosos escritos, Einstein nos deja también esta poética observación:

 

Seres humanos, plantas o polvo cósmico:

 todos bailamos al ritmo de una melodía misteriosa entonada en la distancia por un músico invisible.

 

Efectivamente, el universo parece moverse al ritmo de una danza, repitiendo muchos eventos de manera cíclica. El "músico invisible" que lo orquesta usa la gravedad como uno de sus instrumentos musicales favoritos, con el que hace bailar la materia. Gravedad y tiempo están conectados más de lo que se pueda imaginar y, según la fuerza que ejerce la primera sobre el segundo, se genera un elemento natural de gran importancia: el ritmo. Si, como dice Einstein, la gravedad es espacio-tiempo curvo, se deduce que no solo juega con el espacio - curvando las trayectorias de los haces de luz - sino que también altera el tiempo. De hecho, con un cambio en la gravedad, además del espacio y el peso, también se deforman el tiempo y el ritmo de los cuerpos en movimiento. Una modificación de este tipo ocurre en nuestro propio planeta, pero es imperceptible. Es evidente solo cerca de estrellas, planetas u otros cuerpos celestes, donde la fuerza de atracción gravitacional aumenta o disminuye según su masa, cambiando significativamente en comparación con la que ejerce la Tierra sobre nosotros. Tomemos como ejemplo la Luna: un paseo entre los cráteres lunares no tendría el mismo ritmo que un paseo en el Monte Everest. Según la fuerza de gravedad, cada cuerpo en movimiento marca su propia música, y su ritmo es definido por el conjunto de sus caídas, es decir por su cadencia. Aquí es donde encontramos uno de los puntos clave de la técnica de Humphrey: aprovechar la existencia de la gravedad, a través de una verdadera conciencia de cómo actúa el peso durante los desplazamientos, para revelar la oscilación rítmica natural de un cuerpo en movimiento. Dado que nuestros movimientos en el espacio no pueden ser lineales, debido a la gravedad y otras fuerzas que actúan como fricción, el movimiento asume una cadencia, en la cual Doris reconoce dos acciones fundamentales entre las que oscilamos diariamente: el abandono a la gravedad y el deseo de resistirla. Estas son las acciones alrededor de las cuales se estructura toda su técnica, y toman los nombres de caída y recuperación.

 

Llegados a este punto, ya podemos notar cómo esta técnica se basa en la coexistencia del ser humano con la gravedad, una fuerza que forma parte de la naturaleza. Por lo tanto, para desarrollar una técnica de danza que busque un movimiento lo más natural posible, esta fuerza debería ser el punto de partida. Así fue para Humphrey, que partiendo de la gravedad amplió sus investigaciones también a otras leyes de la naturaleza y a los procesos naturales del cuerpo humano.

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Escrito por Matteo Mascolo.

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Traducciones: Texto traducido al inglés por Alberto RabachinBianca Pasquinelli, al español por Matteo Mascolo.

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Fuentes: La información procede de mis propias investigaciones sobre la gravedad y la técnica Limón, realizadas a través del estudio de la física y de los programas de la Limón Dance Company en los que he participado.

La Tecnica di danza di Doris Humprhey: Chi siamo
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